🇪🇦Χουάν Λουίς Diary🇪🇦. (Crónicas y plegarias en español exclusivo)

Hermanos de distintas tierras, dulces lugares o áridos desiertos; Que bajo la luz del padre os encontreis en paz. En la mañana del día de hoy, bajo el amparo de todos los ángeles, santos, nuestra madre y el hacedor de todas las cosas he jurado ante lo sacro un acto de suma penitencia. Dispongo en las manos de Dios mi castidad y que bajo la apretada y escarlata seda del cíngulo en mi concupiscencia sea recuerdo y tormento de la sagrada promesa. Sus tres nudos, mi gran culpa. Que divinos marchen mis pasos hacia la liberación para que el día de tribulación, el día de lágrimas no sean de penitencia, sino de gloria. Vigilante el Padre me mira que cumpla los votos y los guarde con el celo correspondiente para ganarme mi salvación, mi perdón y mi gloria. Amén.

Ha hablado Χουιάν Λουίς, Hermano mayor de la Santa y Católica Hermandad de la Eterna Aflicción.

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Día 1, La noche ha pasado, las tinieblas de lo prohibido se difuminan y se desplazan a lugares que no me es menester conocer. Despierto en calma, el rostro sereno de la Madre en el tapiz resplandece con los rayos del alba y la mañana da pie a la batalla diaria. Entre papeles tranquilo y sereno trabajo en mis quehaceres impasible a deseos mundanos que mi atención no merecen. Desatiendo a mentiras y me centro en realidades, pues esa es la razón y el regalo que el Padre nos da y lo que de verdad importa. La lucha se tornará fría, la calma volverá a ser tormenta, lo que hoy no siento puede venir a llamarme a la puerta, girar el picaporte y asomar por la rendija. Sea entonces mi fe ciega, mi puño fuerte y mi mente sosegada para cumplir con el voto que tan sagrado se me antoja. Pues esto no es un ataque, no es una incursión, es una guerra, una santa. ¡Que aquellos Santos del cielo alumbren pues tan majestuosa cruzada!

Día 2. Cantando me hallo, soñando sobre campos de infinita luz me pierdo.
Penas y dudas desecho, registrando deseos yo me encuentro.

¡Pues eso es lo que quiero!
¡Pues eso es lo que espero!
El lugar que tanto quiero abrazar.
El lugar que tanto quiero alcanzar.

Piedras en el camino se ponen enfrente, esquivar en dificultad yo me enfrento.
Muros de espinas peligrosas bloquean, cortarlas y quemarlas yo cerceno.

¡Pues eso es lo que peleo!
¡Pues eso es lo que deseo!
El lugar de nunca lamentar.
El lugar de siempre recordar.

Un tesoro de oro y perlas.
Un templo de seda y grana.
Un padre de azul y malva.
Un hijo de acero y plata.

¡Pues eso es lo que adoro!
¡Pues eso es lo que imploro!
Un lugar para la liberación.
Un lugar para la restauración.

Día 3. Y cómo serán los misterios del Padre que hasta de lo oscuro saca brillantez. Cómo ha de ser su milagroso poder que del sufrimiento camino nos hace recorrer para encontrar paz al final de su senda. Su misericordia para mortales que incumplimos su mandato, que tanto miramos al otro lado, que poco o nada merece nuestra especie y aun así elegidos somos llevados a lugares que no se nos hace posible entender su merecimiento. Pues así ayer me sentí cuando los impulsos de lo prohibido hicieron encuentro con la debilidad y en la cuerda floja me hallé de nuevo. Contemplé sus figuras de falsedad, mas observé algo inesperado. Como en manos de morfeo mecido estaba, rememorando hechos que se me antojaban olvidados, cuarteados o decrépitos. Eran recuerdos del principio, de la caída, de cuando elegí el camino fácil. Y en eso que, como un dulce soplo de las musas se tratara, sentí la razón y comprendí el porqué de mi aflicción. El origen de la atricción y la desolación, la carencia de un amor que ya no existe en mi generación. El amor como ente incorruptible, como vela perfumada, incienso de calidad entre jardines de infinitos rosales. Pues afirmaba esta imagen de amor ser la causa de mi locura, desear algo tan precioso que otro suplió su carencia. ¡Cómo, Señor, pude sustituir una compulsión con algo tan sagrado! Como pude olvidar que me motiva a seguir respirando, a poder tener entre mis brazos a un descendiente, sangre de mi sangre. El camino que había de tomar se tornaba claro. Y trabajando con entereza, con hombría y rectitud esperaría a encontrar a ese corazón que volviera a hacer latir al mío en perfecta resonación.

Día 4, Se ha presentado ante mi el padre de la aflicción, vestido entero de una túnica roída y harapienta. Su sonrisa tras una máscara de papel y vendas se podía imaginar aun estando tapada. Sus demonios trataron de vaciar el templo y asustado corrí a proteger los retablos. Uno de ellos trato de seducirme y llevarme a hacer blasfemia bajo sagrado techo. En el frío suelo me agarraron y buscando mis intimidades me zafe en un último instante. Descargué mi furia y los muros temblaron ante la cólera liberada. El halito de aquél ser de amarillo miró la tumba de mi Lujuria. Arrastró sus manos por encima de la piedra y susurró: “Volveré a por ti, hija mia”. Lancé con impetuosa y rabiosa ira mi puño contra su cabeza, mas solo encontre un humo de azufre y descomposición. Me coloqué el cíngulo y me apresuré a hacer un petate improvisado. Iba a cercar el perímetro y a cazar… Cazar demonios.

Día 5. Me encuentro en compañía de la extenuación, la pereza y el cansancio me arrastran. El trabajo se me acumula y las rencillas con los demonios de la lujuria se tornan en una absoluta pérdida de tiempo. Y tiempo es lo que menos dispongo. No dejaré la iglesia vacía, prometo devolver el reconocimiento y la gloria perdida por los errores del pasado, por los que debían ser ejemplo de castidad, yo lo seré, por los que debían ser templo de sabiduría, yo lo seré, por los que debían pacificar la tierra, yo lo seré. Lo seré, no me queda otra.

Día 6, la biología jugó en mi contra y los dolores y los escalofríos hicieron mella en el corazón. Rezo porque esto acabe, rezo por ser más fuerte, rezo por estar más cerca del padre. Y así lo deseo y así me esfuerzo pero a veces la soledad es más poderosa. Por eso abrazo al padre. Por eso me agarro a lo que me puede salvar, porque soy débil y por ello Cristo me salvará. Porque a pesar de la infamia y de la vergüenza el hijo me tendió la mano. “Si a ella no le tiraron ninguna piedra, a ti tampoco te esperará ese terror. Ve en paz y no peques más”. Y así sucedió.

Día 7. Vivimos tiempos desconcertantes, la guerra santa está a punto de estallar, justo cuando Europa vive su noche más fría, más vieja y débil. Pocos quedamos ya que queramos superar este horror. Pocos somos los que defenderemos esta tierra del miedo y el terror. A nuestras familias dederemos proteger o las veremos caer en charcos color púrpura. Y rios escarlata cubrirán el suelo. Yo no quiero eso. Yo quiero seguir respirando. Crecer en un lugar que llame hogar. Defenderé mi casa, mi gente y mis ideales, los ideales de los rectos y de los buenos. Porque ya la maldad está cobrando sus primeras víctimas en tierras de paz y la barrera que separaba la miseria de la riqueza… Se difumina en el horizonte.

Día 8. Parece que los tiempos de horror y decadencia van a ser los que vengan. Se acabará la luz y la paz, vendrá la guerra, la horrorosa y espantosa guerra y seremos víctimas de nuevo. Dios nos lo recuerda, nos avisa que no somos nada. Ningún bando tiene la razón. Los que nos dominan quieren nuestra muerte. Yo creo en otro lugar, en otro sitio, en otra forma de mandar. Pero este mundo nos corrompe a todos. A ti y a mi nos corrompe de esta forma. A ellos de otra. Aquí nuestro tiempo se acaba. Quizás es mejor… Quizás es mejor que este sea el final. Que comience el apocalipsis. En manos de Dios me dispongo entonces y que su gloria dicte sentencia. Entre la ira del hombre y la del Padre. Prefiero la suya. Esto es ya un infierno viviente.

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Día 9. La calma sucedió a la tormenta… Me siento en una balsa rodeada de infinito mar, rojizo, anaranjado, ¡oh! Que precioso mar reflejado por tan sereno cielo. Las estrellas tímidas sorprenden al firmamento teñido de colores pastel. Me siento mecido por un oleaje casi inexistente. Me siento en paz. Pero en soledad me siento, pienso si todo se mantendrá, si el dolor y la pena me consumiran. Es posible. Lo contemplo. Pero no lo quiero meditar. Déjame maravillar ante tan hermoso lienzo que por mundo se me ofrece ante mis ojos. Déjame soñar un rato más. Solo cinco minutos más madre, que no quiero despertar, no quiero abandonar este solemne sueño. Quiero hacerlo realidad…

Día 10. Las ganas regresaron. Volvió inesperadamente y de sorpresa. Me pillo con las defensas algo bajas. Por fortuna no he abierto ninguna imagen… Aún. Pero me he quedado al borde, casi al edge sin llegar del todo. He jugado con fuego. Y por poco me quemo. Cuando te ries de que lo estas logrando, la vida te devuelve un guantazo y te pone en el sitio. Mis demonios me tienen ganas. Y cuando hacen esta clase de incursiones suele acabar mal para mi. Me conozco su plan. Veremos si ejecuto mis defensas con astucia y serenidad. Veremos…

Día 11. ¡Oh! Bendita seas madre de Dios, purísima de entre las mujeres y tu fruto siendo hijo y siendo Padre nos abrace en su gloria. Pues ha sido una fe ciega y un poder más allá de mi entendimiento. Madre me aferro a tus pies. Padre me enjugo en lágrimas de desesperación por ver tu infinita omnipotencia. Toma este mundo que por libertad amaste que fuera, y por bondad y misericordia sometelo a tu voluntad, sea así la segunda venida y la llegada de la redención. Se ha parado en una prueba de fe, UNA GRANDE, donde la convicción se ha opuesto a la sed de profanar. Que grande eres mi señor, que hermoso siervo he de ser por y para ti. Esclavo de tus leyes disfruto de la libertad amada. Ayuda a mi familia y guíalos a la verdad y a la vida. Que no venga la muerte en mal momento sino en el bien morir y que en paz descansemos hasta tu regreso. Haz de mi tu sicario de perdón y déjame iluminar senderos que tus ojos le cuestan ver. Déjame ser misionero de gentiles en tierra pagana y no me dejer que el martirio se convierta en mi capitulación, sino que permite que mi mensaje cale y libere aquí o en la India. En el Norte y en el Sur. Ayudame a luchar y ser el que desangre con su hoja de acero y plata el pútrido corazón de la lujuria. Seré su verdugo, su final y su castigo. Dios nos salve. ALELUYA.

Día 12. Hoy probé un juego de cuidar a un pequeño potro. Pareciera lo más afeminado del mundo pero saco mi parte paternal. Me he dado cuenta que lo que quiero es formar una familia. Que el nopor fue solo una escapada de la realidad. Porque lo que más deseo es hacer de mi casa un hogar y cuidar y enseñar a mis descendientes. Aunque se que el mundo que viene es peor que lo actual, podría ser muy egoista traerlos a un lugar tan podrido. Dejaré eso en manos del Padre, sabrá lo que se ha de hacer. Por lo menos no todos los de mi generación se han rendido. Aun quedamos. Aun estamos derechos. A pesar de la heridas. Seguimos aquí.

Ni trampa ni atajos. Como sodoma y gomorra fue castigado. A descansar ha sido convocado y con los muertos a yacer se ha topado. No se sabrá si su final se ha encontrado o podrá hallar como ser resucitado. Pues eso es lo que el Padre ha marcado y solo el Hijo podrá remediarlo. Misteriosos son los designios del espíritu santo y más son sus acciones para con la vida o con la muerte. Serás recordado o serás renacido. Que Dios lo dicte.

Día 0 de penitencia. He resucitado de entre los derrotados, he practicado el ritual y he hecho de lo prohibido una marca de pureza. Que mi nombre que contiene al santo de la castidad sea también hombre presente en mi camino a la gloria. Tras el día de brujas viene el momento del recuerdo, recordaré a los grandes y a los chicos para que algún día pueda ser yo también rezado por los que vendrán y alcanzar a los que ya llegaron. No hay oportunidades ni perdones, el regalo es poder participar. Y eso haré pues el año termina y el aciago sueño profético avisó del desastre que se cierne y no he de dejar que ocurra. En el mes del hombre romperé la carga que arrastro y haré de mi cuerpo un templo y fuerte para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios lo quiera. Me haré hombre de nuevo.

Día 1 de penitencia. Me he puesto enfermo por la vacuna del enemigo del mundo del hoy, el covid; y mientras estudiaba cansado, agotado, deseando acabar con mi tarea asignada, me he encuentrado desolado y destrozado. No quiero que se me tome por amante de la acidia pues no me representa, pero mi ánimo se tambalea en el hilo de la araña. Tengo un estado se suma fragilidad y temo caer en la locura que conozco muy bien. Dios dirá si mi destino termina el 20 de Enero. Dios dirá… El último esfuerzo del último esfuerzo y así 23 años van ¡¡¡ES QUE NO VA A TERMINAR NUNCA!!!

Día 2 de penitencia. Con el trabajo hemos topado y esta vez la calma y la templanza han ganado. Hoy el descanso merecido tomamos y mis palabras breves pero acertadas serán plasmadas entre estos versos con precisión y decisión. Que estas rimas sean templo y admiración para cuando los días sean grises de plena tribulación.

Día 3 de penitencia. La situación comienza a complicarse. Por H o por B de la nada volvieron las ganas, la necesidad. El ansia regresó como las golondrinas en primavera, mas que esta vez resulta que eran grajos putrefactos y sirenas bicefalas buscando sacar gota de lo prohibido. Afortunado soy de retirarme a tiempo y cuerpo a tierra resistir y anticipar sus ataques. Mañana más. Sigamos así, Dios lo quiere.

Día 4 de penitencia. He de tener cuidado con la estrategia que estoy usando. Puede que desarrolle tolerancia y eso me lleve a recaer. He de dar estimulos suficientes para no cansarme y mantener la dosis eficaz. Mi estrategia es poco convencional y requiere de medios ajenos a mi control. Uso el sistema para refrescar el ansia y transformarla en un estímulo bello. Esta “sublimación” requiere que tampoco se convierta en un sustituto o algo peor. Intentaré mantener el equilibrio. Que así sea.

Día 5 de penitencia. Y la vida me da una paz que preveo breve, seca y terrible. Pues sabemos bien que incluso la paz tiene capitulación y el mal la precede. Temo que las ganas vengan y siempre alerta vigilo que incluso en días como hoy me pierda en pensamientos por un lado inocentes y por otro peligrosos si tornan en corrupción. Presiento un profundo mal que me espera, que no quiere verme ganar, y que paciente sentado observa a cuando mi guardia desciende para sorprenderme… Para hundirme en mares que no deseo sumergirme, que no deseo experimentar.